miércoles, 22 de abril de 2015

Ubicación Geográfica

  territorio del pueblo chatino se sitúa en la Sierra Madre del Sur, extendiéndose por la costa del suroeste al noroeste, hasta llegar al distrito de Juquila y penetrando hacia la zona montañosa, hasta llegar al distrito de Sola de Vega y colindando con los distritos de Miahuatlán y Pochutla.



Lengua indígena 


El idioma chatino es una lengua indígena que se habla en el sur del estado mexicano de Oaxaca. Forma parte del grupo de lenguas zapotecanas de la rama oriental de la familia lingüística otomangue. Es hablada por unos cincuenta mil individuos pertenecientes al grupo étnicochatino, cuyo territorio étnico tradicional se localiza en el sur de Oaxaca.
Los chatinos son un pueblo muy cercano en lengua y cultura a loszapotecos, cuya lengua constituye la otra parte del grupo de lenguas zapotecanas. Los chatinos llaman a su propia lengua chat'ña, que significapalabra difícil. La lengua chatina goza de reconocimiento como lengua nacional en México.


Vestimenta

------------------------------------------------- Son huasteco ------------------------------------------------- La presencia del son en México se remonta a la época  de la Colonia. -------------------------------------------------  Al son, en la región occidental...
VESTIMENTA Una geisha siempre lleva su peculiar kimono. Normalmente las geishas llevan kimonos muy coloridos con extravagantes obis. Las geishas más mayores utilizan colores y formas más sutiles y sencillos. Un signo de prosperidad para una okiya, es que sus geishas no lleven un kimono más de una vez..


Costumbres y tradiciones 
Tataltepec de Valdés, Juquila, Oax.- La región Chatina está enclavada en el distrito de Juquila, allí se ubica el lugar mágico y milenario, Tataltepec de Valdés, en el corazón del grupo Chatino. La celebración de santos difuntos es única en la zona, desde el 29 de octubre empieza la celebración con el saludo tradicional, en él los mayordomos y el consejo de ancianos se saludan dentro de la iglesia y hay rosario, todos los días hasta el 2 de noviembre.

Las flores de cempasúchil, o itacuán como las conocen en la región, se recogen desde el 30 de octubre, desde ese mismo día adornan la iglesia y los edificios públicos, incluso la casa del presidente municipal, que posee el bastón de mando, es adornada por la gente del pueblo. El presidente municipal debe seguir los usos y costumbres de la región ya que es elemento activo de las celebraciones. Durante la mañana del 31 de octubre se elabora el toro de petate, éste es utilizado para pedir ofrenda para el altar mayor ubicado en la casa del mayordomo mayor (existen 20), el toro irá siempre acompañado por el tejorón que danza con él y es el encargado de pedir la ofrenda.

Antes se acostumbraba acompañar al toro con los vaqueros, danzantes que lo golpean con una espada de madera y le recitan versos al mismo tiempo, en la actualidad se practica muy poco. El mismo 31 en la mañana el consejo de ancianos, conformado por sacristanes, músicos tradicionales y mayordomos, van al panteón viejo para traer en procesión a las animas de los difuntos menores.

El día 1 de noviembre se puede aprovechar para visitar los altares de las casas, será un gran premio si logran observar uno que sea colgante o que utilice arcones de madera delgada como base, ambos son los más tradicionales, pero a punto de desaparecer por cuestiones prácticas, al aparecer la mesa sólo se coloca como base y no se batalla tanto en la elaboración. 

El 2 de noviembre a las 4:00 de la mañana se hace el vía crucis acompañada de cohetes y música de tambor y carrizo, después del rosario se van por las ánimas de los muertos mayores al campo santo nuevo y de igual manera se las traen en procesión; luego se da el último rosario y un doble saludo que lleva una formación diferente a las anteriores.
Esa misma noche se efectúa el santo pelón, cruz adornada con flor de itacúan, que es acompañada por jóvenes de la comunidad (corriendo) para visitar cada casa y pedir más ofrenda para el altar mayor, en esta oportunidad también debe entregarse una vela. Dicha colecta dura toda la noche y algunas veces hasta la mañana del día siguiente.

Entre el 2 y 3 de noviembre se visitan los ahijados a los padrinos, oportunidad para estrechar los lazos sociales del grupo, la visita va acompañada de ofrenda para el altar de cada casa visitada. Para finalizar esta celebración el día 4 de noviembre en la mañana se llevan todos los arcos de la iglesia y de los edificios públicos al cementerio nuevo en procesión, única ocasión en que todo el pueblo se une para tal efecto, todo esto con intención de llevar de regreso a las ánimas a su morada. Luego hay un convite en la casa del mayordomo mayor.

Existe una octava, sin embargo, está en franco proceso de aculturización, antes era acompañada de tejoroneros y música de violín, sin embargo, ahora son grupos de jóvenes con grabadoras por las calles. Durante el festejo a los muertos, es raro encontrar factores externos en la celebración, sin embargo, aún está muy fuerte la tradición. Para los indígenas, no importa si los gastos han sido altos y la actividad agotadora, solo importa el gusto y la felicidad de haber cumplido con sus muertos. Y como dicen los chatinos, “Al fin, es sólo una vez al año”.

Para los chatinos de Tataltepec, el sonido del tambor y la flauta, despierta los espíritus de los muertos, de la misma forma alerta de la llegada de Todos Santos, de tal forma inicia a partir de varios días antes. Las señoras del pueblo empiezan a preparar la fiesta desde el día 25 de octubre, ya que en ese día empiezan a preparar el pan, chocolate, café y las velas, entre otras cosas que se utilizaran en los días de fiesta.

Las personas por costumbre tienen que comprar una canasta de carrizo o chiquigüite, para poder guardar el pan de muerto. La adopción ritual estará presente también antes de la fiesta. El día 25 de octubre inicia la novena de las ánimas y tendrá final en los días de fiesta.

Comida tipica  

La gastronomía típica de Oaxaca es la mixtura entre las culturas española e indígena, dando como resultado una nueva identidad, que se ve plasmada en los diferentes platillos regionales, entre los que se destacan los tamales, elaborados con harina de maíz y rellenos con mole o carne de puerco
Gastronomía típica de Oaxaca
La gastronomía típica de Oaxaca es la mixtura entre las culturas española e indígena, dando como resultado una nueva identidad, que se ve plasmada en los diferentes platillos regionales, entre los que se destacan los tamales, elaborados con harina de maíz y rellenos con mole o carne de puerco. El mole es la base principal de la cocina oaxaqueña, y es producto de la mezcla de especias, granos y chiles.
Otras exquisiteces que regala la gastronomía típica de Oaxaca son el quesillo -queso fresco entero caldeado en caliente y enrollado en forma de madeja- y los chapulines y gusanos de maguey, que pueden prepararse fritos o con salsa y suelen presentarse en una tortilla caliente, haciendo las veces de taco.

mitos y leyendas de los chatino
Leyenda tradicional de Oaxaca)

Cuenta la leyenda que el murciélago una vez fue el ave más bella de la Creación.
El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre venía a significar algo así como mariposa desnuda).
Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más vistosas y de más colores.
Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran número de plumas que envolvían su cuerpo.
Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.
Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez más ofensivo para con las aves.
Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.
Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de nuevo desnudo como al principio.
Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores que una vez tuvo y perdió.


Infraestructura
La accidentada condición orográfica de la región chatina ha determinado su aislamiento hasta muy recientemente. Se cuenta con carreteras que conectan a Juquila, la cabecera del distrito, con el resto del estado. Una de ellas cruza por Zacatepec y llega a Juquila en aproximadamente dos horas; la otra une a Oaxaca con Sola de Vega, sigue por la Sierra Sur, pasa por Juchatengo, baja a la costa por San Gabriel y San Pedro Mixtepec y termina en Puerto Escondido. El municipio más aislado es Zezontepec.
Diversos municipios chatinos cuentan con pistas de aterrizaje. Todas las cabeceras municipales y un buen número de agencias cuentan con luz eléctrica. En Juquila, Lachao, Nopala, se cuenta con sistemas de tubería y almacenamiento de agua.
Respecto a los servicios educativos, la región cuenta con escuelas federales y de educación bilingüe. En cada cabecera municipal se tiene por lo menos una secundaria técnica, y en algunos también hay telesecundaria. En cuanto a salud, la región cuenta con atención primaria. En San Miguel Mixtepec, Tututepec y Nopala hay clínicas de salud.
Antecedentes históricos
Los vestigios de la cultura chatina en la costa se remontan al año 400 a. C., aunque las estelas existentes en Nopala datan de 600 a 800 d. C. El reino chatino estuvo bajo dominio mixteco cerca de 300 años, sin embargo, por diversas razones siempre conservaron una parte de su región independiente de los dominadores. Durante la conquista española se estableció en Tututepec la capital de las regiones mixteca y zapoteca, dada la riqueza en oro y perlas que ahí había. En este periodo, dos epidemias minan a la población del lugar: la viruela y el sarampión, y su importancia económica decae.
Debido a la inaccesibilidad de la región y a la falta de minerales, la unidad cultural chatina permaneció relativamente aislada, aunque tomó la estructura política y la religión de los conquistadores.
Durante la Colonia, el cultivo de la grana adquirió importancia económica en Europa, pero no benefició la economía chatina.
La participación de los chatinos durante la Independencia fue marginal. Sin embargo, las Leyes de Reforma afectaron su territorio que fue a parar a manos de criollos o de extranjeros, quienes acapararon las mejores tierras de cultivo.  A la caída económica de la grana, a mediados del siglo XIX, se introduce el cultivo de café. Durante el Porfiriato se agudiza el despojo de tierras comunales indígenas. Esta época fue de gran auge para el café. Dada la cruda explotación, la población se levanta tres veces entre 1875 y 1896; las tres son reprimidas. El desplome del café en 1897 trae consigo la venta de las tierras a bajos precios, y éstas son acaparadas por extranjeros.
A principios del siglo XX se producía maíz y frijol para la subsistencia y café, caña de azúcar, algodón, frutas y otros cultivos para el mercado. Durante la Revolución, los chatinos apoyaron a los bandos zapatistas que llegaron a la región; sin embargo, el triunfo del nuevo régimen no cambió en nada la posesión de las tierras ni la desigual situación de los chatinos frente a mestizos y criollos. La Reforma Agraria no logró tampoco devolver las tierras a los indios. Para los años cincuenta se incrementó la producción de café y se promovió su cultivo entre los campesinos chatinos, lo que originó una clase de pequeños productores ligados a la economía de mercado que, sin embargo, siguieron subordinados a los intermediarios locales. Los conflictos agrarios en la región han sido una constante desde hace varias décadas, situación que se refleja en un clima de violencia en la zona.
Lengua
El chatino pertenece a la rama de lenguas zapotecanas del grupo lingüístico otomangue. Se separó del zapoteco de forma definitiva hace 24 siglos. En la actualidad se distinguen cuatro variantes del idioma: la de Santiago Yaitepec, que se habla en siete municipios; la de Zezontepec, difundida en la zona norte de la región chatina, y la de Tataltepec de Valdez y Nopala, en la costa.
Salud
La contaminación del agua y la tala inmoderada de los bosques ha impactado en la nutrición y en la medicina tradicional practicada por los chatinos, debido a la escasez o extinción de algunas especies vegetales y/o animales. La medicina tradicional echa mano de la herbolaria, de extractos animales y de rituales mágico-religiosos. En la terapéutica chatina encontramos curanderos, parteras, rezanderos, brujos, hierberos y hueseros. El uso de psicotrópicos como el “santo hongo” y la “santa” (semillas de la virgen) es común entre los hombres de creencia. El diagnóstico se hace por medio del pulso.
El “come santo lumbre” es una enfermedad que se cura con rezos y ofrendas al santo Fuego, entidad que provoca la enfermedad. Otras enfermedades son el espanto, el mal aire, la muina, el mal de ojo, el daño o la brujería. Para curar enfermedades de origen natural como la diarrea, el latido, la disentería, la calentura y la tos hay un uso doméstico frecuente de la herbolaria. Existe una asociación de médicos tradicionales chatina llamada “Que TiIaá”, fundada en 1991, que incluye a especialistas y promotores de salud de Juquila, Panixtlahuaca, Cieneguilla-Quiahije y Nopala, entre otros.
Vivienda
La vivienda chatina está compuesta por una o más casas dentro del solar doméstico que comprende, generalmente, familias extensas. En estos casos se comparte la cocina, que está en una construcción aparte. La casa es generalmente de sólo un cuarto, rectangular, sin ventanas, y con piso de tierra. Las paredes son de carrizo recubierto de lodo o adobe. Cuatro postes de madera van colocados en las esquinas y sostienen el techo de palma, en tierra caliente, y de teja en zonas templadas.
Los materiales usados tradicionalmente incluyen carrizo, bambú, palma, madera, embarro, bajareque, tejamanil y tejas, aunque cambian los materiales según la zona de que se trate. El promedio de habitantes por vivienda es de 6.5, aproximadamente.
Artesanías
La producción artesanal chatina consiste en textiles y alfarería. Esta última se presenta en casi todas las comunidades, sólo para uso doméstico: ollas, comales y cazuelas. En lo que respecta a textiles, el tejido y el bordado se producen en Yaitepec, Quiahije y en Nopala (a menor escala); se confeccionan blusas, morrales, ceñidores, servilletas y manteles, aunque el uso del telar de cintura está desapareciendo. El ixtle se utiliza en Zezontepec e Ixtapan para manufacturar hamacas, reatas, mecates y redes.
Territorio, ecología y reproducción social
La Sierra Madre del Sur se caracteriza por su abrupta geomorfología hacia la costa del Pacífico. La región chatina va del nivel del mar, hasta los 2 900 msnm, en donde sus picos se alternan con pequeños valles seguidos de pronunciadas pendientes camino a la costa. Los asentamientos poblacionales se ubican entre los 400 msnm hasta cerca de los 2 500 msnm, se distribuyen en tres grandes zonas de vegetación-altitud: las tierras bajas tropicales con vegetación de selva y manglares (de 0 a 800 msnm). En esta zona predomina la ganadería y la agricultura comercial. Las tierras medias van de los 800 a los 1 600 msnm, están pobladas por bosques caducifolios y mesófilos, es la zona en donde se asientan la mayoría de las poblaciones chatinas que cultivan masivamente el café. A partir de los 1 600 m comienzan las tierras altas cuya población vegetal característica son los bosques de pinos-encinos.
Climatológicamente, la biodiversidad de la región abarca cuatro tipos distintos: cálido húmedo, con temperaturas extremas de 15 a 30°C; precipitaciones que varían de los 50 mm en invierno a los 1 700 mm en verano;  semicálido húmedo, con temperaturas de 10 a 30°C y precipitaciones que van de los 100 a los 1 700 mm; templado húmedo, con temperaturas de 10 a 24°C, y precipitaciones de entre 125 y 2 000 mm; y templado subhúmedo, con un promedio de 12 a 18°C, y precipitaciones de 150 y 1 400 mm.
Un complejo hidrológico atraviesa la región, formado por los ríos Atoyac-Verde. Este complejo territorio de diversidad de climas hace de la región chatina una zona rica en recursos forestales, agrícolas y ganaderos. Se cultiva maíz, frijol, chilacayote y hortalizas para autoconsumo, además de frutales para fines comerciales. El ixtle se cultiva en Zezontepec, y la jamaica a nivel comercial. La producción de café se ha incrementado, lo que ha traído como consecuencia la tendencia al monocultivo y el paulatino abandono de la siembra del maíz. Las tierras dedicadas a la agricultura tradicional son de temporal.
En la región también se practica la ganadería, sin embargo, esta actividad está en manos de la población mestiza. Los bosques chatinos, son explotados por compañías sin dejar beneficio a las comunidades; los comuneros se han organizado para oponerse a éstas prácticas.
La migración temporal para el corte de café en las fincas del distrito de Juquila o el trabajo jornalero en las plantaciones agrícolas de la costa son prácticas comunes de los chatinos para complementar la economía doméstica.
Organización social
El núcleo básico entre los chatinos es la unidad doméstica. Está compuesta por una o más familias emparentadas y es la estructura fundamental de producción y consumo. Los varones activos colaboran en faenas agrícolas, pastoreo, cacería, pesca y construcción de viviendas. Las mujeres concentran sus actividades en el hogar, el cuidado de los animales domésticos, el acarreo de agua y leña, el trabajo en los huertos, la recolección y los productos artesanales. El espacio más significativo en la casa es el altar. Aquí tienen lugar las ceremonias principales desde la presentación de los recién nacidos hasta el traspaso del mando. Pertenecer a una unidad doméstica le confiere los derechos y deberes a un individuo. Esto permite intercambiar servicios y recibir apoyos en caso de necesidad; sin embargo, esto último se extiende a nivel comunal. Otro lazo que refuerza el desarrollo de la comunidad es el compadrazgo, que se da en casos de bautizo, confirmación, matrimonio, vela y levantada de cruz. Además se practica el tequio o trabajo comunitario.
El sistema de cargos tiene tres o cuatro clasificaciones según el municipio. Así, en San Juan Quiahije hay cuatro tipos de cargos: de escalafón, fuera de escalafón, de cargos religiosos y de cargos vitalicios. En el primero, por orden de importancia, se tiene el de presidente y suplente, alcalde único y suplente, síndico y suplente, tesorero, seis regidores mayores y quince menores, juez de vara, mayor de vara, juez de camino, teniente de policía y topiles, quienes se desempeñan de manera gratuita. Fuera de escalafón, los cargos son secretario, comisario de bienes comunales, consejo de vigilancia, comité de escuela, comité de salud, comité proelectrificación, comité 'text-transform:uppercase'>dif , los cuales reciben remuneración y cumplen funciones político-administrativas de creación gubernamental y que están relacionadas con el Estado y hacia el interior de la comunidad. Entre los de tipo religioso se cuenta con presidente de templo, rezadores y músicos. Por encima de todos se erige como máxima autoridad el Consejo de Ancianos. Éste tiene conocimientos políticos y religiosos, es depositario de las costumbres y cuenta con autoridad moral en el pueblo.
Cosmogonía y religión
El mundo chatino se sostiene en un equilibrio entre la sociedad, la naturaleza y lo divino-sagrado, intrínsecamente vinculados, en donde los puntos de tensión han de garantizar el mantenimiento de la armonía de su universo. Igual que otros pueblos indígenas, los chatinos tienen sus mitos de creación tomados de figuras naturales sobresalientes, transmitidas por medio de la tradición oral y forman parte de su visión del mundo que también es concebida como una manera de actuar. Del panteón divino sobresalen la santa Abuela, el santo padre Dios, la santa madre Tierra, la santa madre Luna, los dioses del Agua, del Viento, de la Lluvia, de la Montaña, las santas Ciénegas y la santa Lumbre o santo Fuego. En el altar se llevan a cabo las principales ceremonias familiares y de la comunidad. Algunas sectas protestantes se han instalado entre los chatinos, lo que ha generado conflictos al interior de las comunidades.
Fiestas
Hay alrededor de 40 fiestas patronales en la región y cada comunidad celebra, además, rituales referidos a las labores agrícolas, velaciones, fiestas de barrio o de comunidad. La única fiesta regional importante es la del 8 de diciembre en honor a la virgen de Juquila. En Zezontepec, las celebraciones se acompañan de teatro, música, danza, juegos pirotécnicos, misas, comidas rituales, el inventario del santo, y la llevada de sus bienes a la casa del nuevo mayordomo.
Relaciones con otros pueblos
Las fronteras de los chatinos están básicamente establecidas con los mestizos de las cabeceras municipales; al interior de su región, con mixtecos y zapotecos de la sierra y de la costa y tacuates en la Sierra Madre del Sur. Históricamente son aliados de los mixtecos, aunque la zona de la costa ha tendido más rápidamente al mestizaje. Sin embargo, los centros regionales de poder son San Pedro Tututepec, Santos Reyes Nopala, en la costa, y Santa Catarina Juquila y Santa Cruz Zezontepec, en la sierra. En este sentido, las relaciones de los chatinos con los centros de poder mestizos son de subordinación.